El percusionista Steven Schick publica «Soundlines (On Language and the Land)», el segundo CD de la trilogía «Weather Systems».
El percusionista estadounidense Steven Schick (Iowa, 1954) publicó a finales de 2023 Soundlines (On Language and the Land), el segundo cedé de la serie Weather Systems, que comenzó a editar en 2022 en el sello Islandia Music Records, y que dará por concluida, según está previsto, en 2026 con Weather Systems III: It’s About Time.
La nueva grabación, Weather Systems II: Soundlines (On Language and the Land), está formada por ocho obras de percusión contemporánea –Psappha, de Iannis Xenakis; The Ice is Talking, de Vivian Fung; Soundlines (A Dreaming Track), de George Lewis; Trans, de Lei Liang; To the Earth, de Frederic Rzewski; Toucher, de Vinko Globokar; Here and There, de Roger Reynolds, y Thought Sectors, de Sarah Hennies– y tiene una duración de casi tres horas.
Según se puede leer en las notas de presentación del disco, escritas por Schick, y disponibles en la web de Islandia, Soundlines: On Language and the Land es el eco del viaje a pie que Schick realizó en 2006, recorriendo la costa californiana a lo largo de los 1.125 kilómetros que separan San Diego y San Francisco. El viaje tuvo, según explica Schick, una motivación sentimental más allá de la sonora y musical. «Aunque mi caminata de San Diego a San Francisco comenzó como una exploración del sonido y de las culturas sonoras, pronto cambió a un objetivo más importante. Estaba enamorado y quería casarme con mi novia Brenda, que vivía entonces en el área de la bahía [de San Francisco]… Estaba lleno de música, pero también de amor por ella y por los territorios que iba atravesando para llegar hasta ella. Puede que la costa de California no tuviera el color del mar “oscuro como el vino” que cantaba Homero, pero para mí era el camino hacia un futuro en el que la música estaba al servicio de la vida y no al revés. Al darme cuenta de esto, no estaba haciendo de menos el lugar que ocupa la música en mi vida, sino que la estaba salvaguardando. Para quienes se preguntan cómo respondió Brenda a mi propuesta: llevamos dieciséis años casados».
Soundlines (A Dreaming Track), la obra que da título al álbum, de treinta minutos de duración, fue compuesta en 2019 por George Lewis, y es, precisamente, en la que se narra el viaje de siete semanas realizado por Schick para pedirle matrimonio a la que hoy es su mujer. Lewis la compuso como si de un «monodrama radiofónico» se tratase: Lewis utilizó a Schick como percusionista-orador en una especie de opereta tecnológica, recitando y elaborando musicalmente los escritos que había escrito el propio Schick sobre el viaje. La narración se divide en breves escenas remarcadas por interacciones superpuestas entre elementos musicales, sonoros y visuales, en las que también participan la saxofonista Erin Rodgers y el International Contemporary Ensemble. Las escenas incluyen grabaciones de vocalizaciones jadeantes, ecos de un coro, sonidos de sintetizador y conjunto de cámara que marcan el paso del tiempo y la distancia. Las grabaciones de campo y la música del conjunto se hacen eco de los paisajes y espacios mentales que sugiere el texto hablado, mientras que Schick interviene con una impresionante variedad de instrumentos: pandereta, guiro, calabaza, tambores de mano y percusión de mazo. Schick explica que «George Lewis ha contado mi historia en su extraordinaria Soundlines, una obra para percusionista parlante, ensemble y electrónica, utilizando una narración que escribí como base de su libreto. Desde sus felices y afortunados comienzos –el día que empecé a caminar hacia el norte–, pasando por momentos de crisis y materialización de un sueño, George creó una obra radiofónica, un Hörspiel, que en la tradición alemana es a la vez claro y oscuro; entretenimiento familiar y gran drama. Incluyó detalles de conversaciones a lo largo del camino, una lista de las tribus nativas americanas cuyas tierras atravesé a pie, y mi propio monólogo interior, siempre presente. Soundlines señala no sólo la mecánica de una larga caminata, sino los imperativos de una peregrinación como proceso de limpieza y reconciliación, marcando los límites entre cómo habían sido las cosas y cómo podrían ser. George Lewis es uno de los grandes creadores de nuestro tiempo, como compositor, autor, defensor y profesor. No es de extrañar que en Soundlines captara los éxtasis y los pesares de una larga caminata con más claridad que el propio caminante».
Psappha es una de las dos obras para un único percusionista (la otra es Rebonds) compuestas por Xenakis, a quien Schick calificó en su libro The Percussionist’s Art: Same Bed, Different Dreams como «el padre de la música moderna para percusión». Tiene sentido que sea Psappha la obra que abre este disco, ya que Schick la ha interpretado en directo más de mil veces y ya la grabó en otra ocasión, en 2006, para una integral de las obras de percusión de Xenakis, publicada por el sello Mode Records.
La obra fue escrita en 1975 y estrenada al año siguiente. Xenakis dejó a voluntad del intérprete la elección de los instrumentos empleados, pero les sometía a retos casi imposibles, como efectuar hasta 25 golpes por segundo en el punto culminante. Al respecto, Schick cita a la pianista japonesa y especialista en Xenakis Aki Takahashi: «Si la música de Xenakis fuera realmente “imposible”, ¿por qué somos tantos los que la tocamos?».
The Ice is Talking, de la compositora canadiense Vivian Fung (Edmonton, 1975), es una obra para solo de percusión y electrónica que Fung compuso en 2018 alarmada por los enormes cambios que percibió en los Campos de Hielo Columbia, el mayor glaciar por debajo del Círculo Polar Ártico, situado en las Montañas Rocosas canadienses, cuando volvió a visitarlo veinte años después de hacerlo por primera vez. En su web, Fung explica que la obra es una emotiva reacción a esa experiencia: «Al principio, es una celebración de los elementos, en la que se contempla la belleza de una cuchilla deslizándose por el hielo, los golpecitos y vaivenes del hielo dando forma a virtuosos patrones rítmicos que hablan a través de las interjecciones del intérprete. A medida que avanza, la pieza se vuelve cada vez más violenta y los instrumentos reflejan la rabia y la intensidad del protagonista, con un taladro eléctrico, picos de hielo y movimientos punzantes que reflejan la constatación de los efectos nocivos que el hombre ejerce sobre la naturaleza. Termina con un toque dramático con la esperanza de concienciar al mundo que nos rodea».
En cuanto a Trans, del compositor chino (nacionalizado estadounidense) Lei Liang (Tianjin, 1972), es una obra encargada en 2013 por el propio Steven Schick que Liang le entregó al año siguiente, dedicándosela con motivo de su sexagésimo cumpleaños. Trans significaría «transitoriedad», «transmuta», «transcribir», «transfigurar», «transformar» y «trance». El solista interpreta la obra desde tres pentagramas, cada uno de los cuales refleja un estado de ánimo: el «espacio exterior» (expresivo hacia el exterior), el «espacio interior» (contemplativo hacia el interior) y el «espacio inmóvil» (al mismo tiempo totalmente comprometido y desapegado). La diferencia y el contraste entre los tres espacios deben articularse mediante la elección de la instrumentación, la interpretación y la presencia en escena.
To the Earth, es una obra de 1985 compuesta por el compositor minimalista y pianista estadounidense Frederic Rzewski (Westfield, Massachusetts, 1938-Montiano, Italia, 2021). La obra es para percusión sobre cuatro macetas afinadas y en ella el percusionista debe interpretar al mismo tiempo un poema basado en un texto homérico en alabanza a la Madre Tierra. Se trata de una obra también habitual en el repertorio de Schick, que la interpreta como una ofrenda musical en la que repiquetea patrones a veces sencillos, a veces complejos, que acompañaban o embellecen el texto.
Toucher, del compositor y trombonista franco-esloveno Vinko Globokar (Anderny, 1934), uno de los máximos representantes de la música aleatoria, la indeterminación y la improvisación libre, pide a los músicos que interpreten su obra que «piensen la partitura antes de empezar a tocar», porque, a partir del proceso mental, deben desarrollar gestos que produzcan el sonido. Estos gestos pueden ser muy complejos y exigir mucha velocidad, destreza y sensibilidad. Sin embargo, el virtuosismo resultante se depura de los elementos puramente mecánicos mediante el filtro del intelecto. En sus piezas se emplean diversas técnicas extendidas que en Toucher, compuesta en 1973, el intérprete narra una historia mientras toca simultáneamente los patrones silábicos en un conjunto de percusión. La obra, de nueve minutos y medio de duración, es bastante sobria, con una gama relativamente escueta de golpes de percusión, alternándose con la voz hablante, y toma su título de una traducción al francés de un diálogo de la obra de Bertolt Brecht La vida de Galileo. Las sílabas se traducen en sonidos que pueden tocarse con un conjunto de siete instrumentos no especificados, mientras el intérprete recita las palabras. El tempo –un componente estructural vital en la música de percusión– se rige por los ritmos del lenguaje.
Here and There, del estadounidense Roger Reynolds (Detroit, 1934), también es una obra para percusionista hablante, compuesta, en este caso, en 2018. Schick y Reynolds son amigos; el percusionista le propuso en 2017 que compusiera una obra extensa para «percusionista parlante». Here and There dura media hora y Reynolds se fijó para la parte hablada en un libro de Beckett, Textos para nada, del que escogió el número IX, de los trece de que consta, para proporcionar una base intrigante, llevando la voz más allá del «habla», fusionándola con los sonidos de la percusión. En el texto hay alguien indeterminado que espera encontrar «una salida, en algún lugar». En la pieza, el «aquí», según explica Reynolds, identifica «un posicionamiento local que desafiaba y contenía», mientras que el «allí» ofrecía «una alternativa liberadora». «Aquí» se representa con un bombo, un tam tam, un güiro grande y tres pequeños objetos metálicos a elección del intérprete. «Allí» se representa con un vibráfono.
«Al solista –como explica Reynolds– se le pide que responda a tres tipos de retos: interpretar el texto con sólo coloraciones ocasionales mediante vocalizaciones inusuales de eventos percusivos, actuar simplemente como percusionista y (éstas se llaman Arias), secciones que mezclan estrechamente la interpretación del texto y la percusión».
Here and There fue escrita en estrecha colaboración entre Reynolds y Schick, quien instaba al compositor a buscar lo que estuviera imaginando en lugar de limitar en modo alguno la naturaleza de esta obra. La pieza está, lógicamente, dedicada a Schick, que la estrenó el 27 de febrero de 2019 en la sala de conciertos Conrad Prebys de la Universidad de California en San Diego.
Finalmente, Thought Sectors, de la estadounidense Sarah Hennies (Louisville, Kentucky, 1979), es la última obra del álbum, y es, con diferencia, la más reciente –se compuso en 2020– y la más larga: casi 58 minutos de duración. Schick dice de esta obra que cuenta con «detalles normalmente demasiado pequeños para ser distinguibles en la rápida cascada de música, que, sin embargo, empiezan a cobrar vida».
Compuesta para percusionista solista, Thought Sectors explora la tensión constante de la «conciencia dividida» –término acuñado por el psicólogo Ernest Hilgard que teorizaba que el cerebro humano está dividido en distintos componentes en lugar de una única conciencia unificada–, desafiando la experiencia de comodidad y familiaridad del oyente a través de la alteración de la propia sensación de espacio y tiempo, acentuando los extremos de la escucha audible e inaudible. Hennies ha explicado que había empezado a componer la pieza antes de que comenzara la pandemia de covid-19. Habiendo afrontado graves problemas de salud mental, Hennies ha afirmado desconocer cómo tomó las decisiones artísticas de su composición: «Realmente no lo recuerdo y tal vez esto sea análogo a las vastas porciones de nuestros cerebros a las que no tenemos acceso directo», afirmaba en el programa de mano de su estreno, que tuvo lugar el 18 de mayo de 2022 también en la sala de conciertos Conrad Prebys de la Universidad de California en San Diego.
Thought Sectors se apoya en repeticiones angustiosamente lentas y estáticas de materiales en movimiento, entretejido entre pasajes microtonales de vibráfonos y campanas, al tiempo que pivota hacia las melancólicas sonoridades de una grapadora, un cedazo para tamizar harina o una jarra de agua.