Laurie Anderson: toda una semana en Madrid.
La polifacética artista estadounidense Laurie Anderson (Glen Ellyn, Illinois, 1947) ha visitado Madrid en varias ocasiones. Siempre con la música como bandera… Y siempre nos hemos perdido sus otras facetas, tan interesantes como su música. Pero este mes Laurie ofrecerá un concierto en el Museo Reina Sofía, presentará una exposición de realidad virtual en el Espacio Telefónica y será protagonista de un breve ciclo de sus películas en el cine Doré, sede de la Filmoteca Española. Una semana bastante intensa, impulsada por el Festival Rizoma.
Escultora, artista conceptual, fotógrafa, artista de performance, cineasta, investigadora… Empezó a estudiar Biología en el Mills College de Oakland (California), pero lo dejó después de un año y se trasladó a Nueva York para graduarse en Bellas Artes. Allí fue alumna de Sol LeWitt, figura esencial del minimalismo y el arte conceptual, y compañera de estudios del escultor minimalista Carl Andre. Poco a poco, recuperó el violín que había estudiado en su niñez y adolescencia y lo fue incorporando en sus espectáculos (uno de los primeros consistía en una acción en la que tocaba el violín con patines de cuchillas, subida un bloque de hielo, hasta que este se derretía por completo). Y de forma parecida a como John Cale se atrevió a electrificar el violín que tocaba a veces en la Velvet Underground, Laurie modificó el suyo, sustituyendo la crin del arco por una cinta magnetofónica pregrabada, y esos sonidos eran los que sonaban al frotar las cuerdas.
Un tema de casi nueve minutos de duración, O Superman, una repetitiva letanía experimental y voz tratada con vocoder, incluida en su álbum de debut, Big Science (1982) se convirtió en un inesperado éxito de ventas en el Reino Unido –llegó al número 2–, pero ella decidió alejarse de ese mundo y sus exigencias. En realidad, Big Science era parte de un espectáculo de cuatro horas y media duración que ya estaba ofreciendo en directo, United States, que la define a la perfección: historias que reflejan sus preocupaciones filosóficas, políticas y sociales. En entrevista telefónica realizada en octubre, mientras el huracán Leslie atravesaba España, admitía que sus espectáculos musicales son, en realidad, espectáculos en los que cuenta historias. Y no cuenta tonterías: ella necesita buenas traducciones en los subtítulos con que ilustra las distintas ¿canciones? «Siempre he contado historias, muchas de ellas sobre mi propia vida, con todo tipo de reflexiones sobre la identidad, la memoria, la felicidad, la muerte, el amor –explica–. Pero no uso mis historias personales de una forma confesional: de hecho, he elegido no exponer públicamente mi vida privada en mi trabajo, aunque siempre se puedan encontrar ecos y referencias. Dependo muchísimo de los traductores y de que sepan captar los matices sutiles de mis textos».
Más que a presentar su último disco –Landfall, publicado en primavera–, Laurie viene a presentar su último libro –All the Things I Lost in the Flood (Skira Rizzoli, 2017)– y lo hará con música. La explicación es sencilla: Landfall es un álbum de treinta temas grabado junto al Kronos Quartet, formación de música de cámara especializada en música contemporánea. A Madrid viene ella, ahora, en solitario. Pero tanto el disco como el libro hablan de lo mismo: de la pérdida. De lo que también habla su película Heart of a Dog (2015). La pérdida a la que se refiere All the Things I Lost in the Flood es la que sufrió con otro huracán, Sandy, que el 29 de octubre de 2012 asoló Nueva York e inundó su sótano, con todos sus equipos de música, recuerdos y material artístico de todo tipo sumergidos bajo el agua. Laurie, en vez de lamentarse, lo convirtió en poesía y música.
UN BREVE CICLO EN LA FILMOTECA ESPAÑOLA
El cinematográfico es otro de los múltiples terrenos que abarca la obra de Anderson. La Filmoteca Española ha programado este mes de noviembre un breve ciclo de películas realizadas por la viuda de Lou Reed que no conviene perderse: un corto de 25 minutos, Hidden Inside Mountains –en el que también participa Anohni (cuando todavía se llamaba Antony Hegarty), y que se estrenó en la Exposición Universal de Aichi (Japón) en 2005–, Heart of a Dog, la película de 2015 que rodó para hablar sobre la muerte (los sucesivos fallecimientos de su madre, su perrita Lolabelle –una rat terrier a la que había enseñado a tocar el piano– y, finalmente, su marido, Lou Reed). El plato fuerte tendrá lugar el viernes 16, con la proyección de Home of the Brave (1986), la filmación de uno de sus espectáculos en directo, y que contará con la participación de la propia Anderson, que presentará la película en el cine Doré.
© Fotografía proporcionada por el departamento de prensa del Festival Rizoma.