Deutsche Grammophon publica íntegras las 8 horas de duración de «Sleep», de Max Richter.
Max Richter es, junto con Thomas Adès, el compositor más importante del Reino Unido después de la generación de Michael Nyman y Gavin Bryars. Autor de numerosas bandas sonoras como las de Vals con Bashir o la serie de HBO The Leftovers (y muchas más sin estrenar en España) y de una revisión de Las cuatro estaciones de Vivaldi, su último paso ha sido un auténtico tour de force: Sleep, una obra de casi ocho horas y media de duración que intenta representar las diversas fases del sueño y que compuso consultando a un neurólogo, porque el objetivo de esta composición, formada por 31 piezas de distinta duración, es que la música se adapte a los ciclos del sueño y no lo perturbe sino que, al contrario, lo favorezca. Su primera escucha pública se realizó la madrugada del pasado 26 de septiembre en la sala de lectura de la Wellcome Collection de Londres, con el escaso público presente tumbado en camas plegables. Escuchada en horario diurno, la composición es una hipnótica y hermosa nana con pocos fragmentos distintos (sólo cinco) que van sucediéndose con tenues variaciones en sus arreglos. Es la más repetitiva (aunque no minimalista) de sus composiciones, cercana a la estética de Eric Satie, o los más espirituales Górecki, Arvo Pärt y LaMonte Young. Para los que no quieran sumergirse en la magnum opus hay una versión reducida a una hora, sin los tonos más graves que ocupan la última hora (real) de esta obra catedralicia.