«Machines of Desire», de Peter Baumann.
Treinta y tres años de silencio discográfico casi absoluto hacen que Machines of Desire, el regreso de Peter Baumann, deba ser considerado, como poco, con un interés rayano en el acontecimiento. Baumann fue co-fundador de Tangerine Dream, banda por excelencia de la llamada «música planeadora», integrada (posteriormente) dentro del krautrock. Música para viajes espaciales experimentales, entonces, y música para viajes interiores ahora, creada por un coloso de la electrónica. De una electrónica no chirriante habría que añadir, aunque no exenta de oscuridad ambiental, de textura cinematográfica y de ritmo: en alguna pieza, como Searching in Vain, se ven, incluso, similitudes con una referencia imprescindible, como son los Kraftwerk de Trans Europe Express (1977), y algo, también, de la energía circular de Philip Glass. Reconforta que Baumann no haya querido situarse de golpe y porrazo en la actualidad y que tampoco haya caído en las redes de la vieja new age.