Quatuor Molinari publica el primer volumen de los «Cuartetos de cuerda» de Philip Glass.
El Cuarteto Molinari fue fundado en 1997 en Canadá por la violinista Olga Ranzenhofer en homenaje al artista Guido Molinari (quien, además de dar su nombre al Cuarteto, diseñó también su logotipo), con el propósito de interpretar y promover las obras de los siglos XX y XXI escritas para cuarteto de cuerda, además de fomentar nuevas creaciones encargando piezas a compositores. Son considerados como el equivalente canadiense al Kronos Quartet estadounidense o el Arditti Quartet británico.
Con una extensa discografía en su haber, publicada casi íntegramente por el sello canadiense ATMA Classique, su último lanzamiento aborda los Cuartetos de cuerda de Philip Glass, distribuidos en dos grabaciones. La primera, que incluye los cuartetos números 1, 2, 3 y 4, acaba de ver la luz, aunque sólo en formato digital. La segunda grabación, que incluirá sus cuartetos 5, 6, 7 y 8 (no aparece en las previsiones el Cuarteto de cuerda nº 9 «King Lear»), se grabará en 2023 y entonces se procederá a presentar las dos grabaciones en una caja de cedés.
El Cuarteto nº 1 de Glass data de agosto de 1966, justo después de terminar sus estudios en París con Nadia Boulanger. Para el seguidor de la música del estadounidense, esta pieza, de carácter experimental, sólo se relaciona tangencialmente con lo que se entiende por su estilo de madurez. Aunque incorpora elementos de sus, posteriormente reconocibles, estructuras repetitivas está más relacionado con el mundo clásico y el modo en el que escapar de la escala atonal dodecafónica sin regresar tampoco a un uso tradicional de la tonalidad, acercándose a la sonoridad melancólica de Shostakóvich. Los dos movimientos del Cuarteto… están divididos en treinta y seis módulos; cada módulo –en un rango de duración que va de siete a diez compases– consiste en la repetición de una frase musical característica. Aunque el grado de repetición y de armonía estática apunta hacia el minimalismo, su cromatismo, disonancia y elegante contrapunto del Cuarteto… son muy distintos de las obras radicalmente reduccionistas que Glass empezaría a componer en Nueva York.
Los tres siguientes cuartetos, compuestos entre 1983 y 1989, sí figuran entre sus composiciones clásicas. El Cuarteto de cuerda nº 2 «Company» lo compuso como material incidental para una puesta en escena del monólogo de Samuel Beckett Company. El Cuarteto de cuerda nº 3 «Mishima» (1985) es, probablemente, el más famoso de estos cuartetos, ya que formaba parte de la banda sonora de la película Mishima, una vida en cuatro capítulos, de Paul Schrader. Finalmente, el Cuarteto de cuerda nº 4 «Buczak» fue escrito en memoria del artista Brian Buczak por encargo de su amigo, el artista Fluxus Geoffrey Hendricks, y se estrenó el 4 de julio de 1989, en el funeral laico celebrado en el segundo aniversario del fallecimiento de Buczak a causa del sida. Glass lo escribió en pleno proceso de alejamiento de las estructuras repetitivas más estrictas, un proceso que hoy podría calificarse de postminimalista. De hecho, la música se inspira aquí en los cuartetos de Schubert y Dvořák.
Esta versión del Cuarteto Molinari se suma a otras grabaciones preexistentes de los primeros cuartetos de cuerda de Glass (por ejemplo las de The Smith Quartet, el Carducci String Quartet, Brooklyn Rider o Tana Quartet), pero es la que ofrece, probablemente, un carácter más neutro –o menos glassiano– en su interpretación, algo debido, seguramente, a la enorme versatilidad de la formación canadiense, que incluye en su repertorio obras que van de la B –de Bartók, Berg o Britten–, a la Z –de John Zorn–, pasando por Debussy, Gubaidulina, Ligeti, Penderecki, Prokofiev, Ravel, Rihm o Schönberg.