Hoy se celebra el octogésimo cumpleaños del compositor inglés Bryan Ferneyhough, máxima figura de la «nueva complejidad».
Además del cumpleaños de Gavin Bryars, hoy también se cumplen ochenta años del nacimiento del también compositor inglés Bryan Ferneyhough (Coventry, 1943), aunque sus caminos han ido por derroteros musicales completamente diferentes, hasta el punto de que Ferneyhough es considerado la máxima figura del movimiento de la nueva complejidad, surgido precisamente en el Reino Unido en los años ochenta del pasado siglo.
Se suele decir que sus obras son el non plus ultra de la complejidad musical, en el sentido de la sobrecarga de notas y su dificultad interpretativa. Como suele ser habitual, él siempre ha rechazado el concepto «nueva complejidad».
Entre sus obras más conocidas se encuentran Transit, La Terre est un Homme o Time and Motion Study II (para violonchelo solo y electrónica), de una densidad de notación laberíntica , a veces escrita en cinco pentagramas en lugar del único pentagrama que suele necesitar un violonchelista. Muchos instrumentistas han afirmado que no hay ninguna posibilidad de anotar lo que oyes cuando escuchas una pieza de Ferneyhough.
Después de enseñar composición en la Hochschule fûr Musik de Friburgo y haber ofrecido numerosas conferencias en los cursos de verano de Darmstadt se asentó en 1987 en California, donde ha sido profesor en la Universidad de California en San Diego y en la Universidad de Stanford.