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Philip Glass publica en OMM «Philip Glass Solo», una nueva visión de sus piezas para piano iniciales, grabadas durante el confinamiento.

Además de la extensa colección de discos en los que un también nutrido número de intérpretes de los más variados formatos revisan la producción musical de Philip Glass, el propio compositor ha publicado hoy, a través del sello del que es dueño, Orange Mountain Music, Philip Glass Solo, un disco en el que Glass interpreta al piano siete de sus piezas más emblemáticas.

Philip Glass Solo se grabó en plena pandemia de covid-19, cuando, en vez de una apretada agenda de giras y estrenos el compositor se vio, como todos nosotros, encerrado en casa con sus familiares. El músico dedicó para de ese tiempo a revisar algunas de sus piezas para piano más antiguas, de forma que Philip Glass Solo se puede considerar su disco más personal de los últimos veinte años o, quizá, incluso, de toda su trayectoria. Como el propio compositor explicaba en su web en noviembre del año pasado, cuando anunció el lanzamiento del disco, «entre 2020 y 2021, tuve tiempo en casa para practicar obras que he tocado durante muchos años. Este disco es a la vez una cápsula del tiempo de 2021 y una reflexión sobre décadas de composición y práctica. En otras palabras, un documento sobre mi pensamiento actual sobre la música. También está la cuestión del lugar: este es mi piano, el instrumento en el que se escribió la mayor parte de la música. También es la misma habitación en la que he trabajado durante décadas, en medio de la energía que me ha aportado la ciudad de Nueva York»

«Llevaba prácticamente medio siglo de gira, pero de repente, por primera vez en años, tuve tiempo para tocar el piano –añadió en declaraciones a Apple Music Classical, que adelantó una semana la comercialización del disco a través de iTunes–. Cuando pienso en mi música anterior, ya no escribo música así, así que siento curiosidad por la persona que la escribió. Yo ya no soy esa persona. Todos cambiamos, es inevitable. Ya no soy esa persona ni como compositor, ni como intérprete, ni siquiera como oyente».

Philip Glass Solo es el resultado de las numerosas horas sentado frente a su querido piano de cola Baldwin –el mismo que había tocado en su álbum de 1989 Solo Piano–, pero en esta oportunidad las interpretaciones son notablemente distintas y tienen un carácter casi improvisatorio, comparadas con las de las piezas de 1989, como si estuvieran siendo compuestas en ese mismo instante.

El disco se abre con Opening, el primer movimiento de su álbum de 1982 Glassworks, el álbum con el que Glass se convirtió realmente en un compositor popular. Le sigue Mad Rush, una pieza de 1979 originalmente titulada Part Four, que formó parte de una coreografía de Lucinda Childs. Esta es la pieza más larga de este nuevo disco y dura hasta tres minutos más que en su versión original, en la que duraba casi catorce. Glass vuelve a explicar a Apple Music Classical que eso se debe a la compleja relación existente entre compositor e intérprete: «cuando asistía al conservatorio, casi siempre decían a los compositores que no interpretaran, pero la interpretación puede hacerte pensar en la música de una forma que no habrías pensado si sólo fueras el compositor. Cuando tú mismo eres intérprete, entiendes las posibilidades de la música de una manera diferente. Y a veces se te aparecen en tiempo real».

A continuación vienen cuatro de las cinco Metamorphosis –falta la número IV– que compuso en 1988 para una versión teatral de La metamorfosis de Kafka y que se incluyeron originalmente en el citado álbum Solo Piano de 1989. La séptima y última pieza del disco es Truman Sleeps, la más reciente de las composiciones aquí incluidas, ya que data de 1998 y es el tema principal de la banda sonora de la película de Peter Weir El show de Truman, que el propio Glass interpretaba al piano en una escena de la película.

Glass asegura que no hay duda en que el timbre del piano también tiene influencia en el modo en que se da forma a las interpretaciones. El piano Baldwin de Glass ha sido tocado constantemente durante 35 años, y en Metamorphosis I o en el final de Truman Sleeps se puede oír como las frágiles notas agudas luchan contra los rotundos medios del instrumento. «He compuesto la mayor parte de mis obras en él o junto a él y es inevitable que el sonido del instrumento que tocas cada día, y la sala en la que te encuentras, influyan de alguna manera en tu forma de escuchar»

El disco cuenta en su portada con la reproducción de un estudio al óleo sobre masonita que el pintor portorriqueño Luis Álvarez Roure le realizó en 2016 para un retrato más grande, y que forma parte de la colección de la Galería Nacional de Retratos del Instituto Smithsonianiano de Washington D. C.