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John P. Falcone.

John P. Falcone responde a las preguntas de J. G. Entonado:

Estoy totalmente de acuerdo con la noción de que el arte es para todos y la idea del “arte elitista” es algo que los músicos clásicos (como yo) estamos constantemente combatiendo. Ojalá dejáramos de poner frac para los conciertos, aunque eso sí es nada más que una representación de la tradición que representamos, pero también estamos en búsqueda de nuevas fronteras y sobre todo, públicos.  ¿Hace falta pisarle y escupirle el arte? Pues a veces sí y me recuerda el término budista Maraṇasati que puede parecer aún más fuerte ya que es una contemplación de la inescapable muerte que nos espera a todos.  Resulta ser una cuestión de perspectiva y relevancia, creo. El arte es vida y la buena arte la demuestra, en una manera u otra, en todas sus facetas. No hay duda de que cualquier puede ser artista. Sea la mejor pintora del mundo o una mujer que se dedica a la limpieza, la expresión se puede llevar a cabo de manera profunda e íntima en cualquier actividad.  Es interesante que los seres humanos empezamos a hacer sonidos con instrumentos de viento (p.ej. con cañas desecadas) ya hace unos 20.000 años. Y es evidente que tal forma de crear música ha sido una extensión de la voz. Luego, la técnica de vibrar los labios al principio de un tubo como hacen los trompetistas de hoy parece ser que empezó hace aproximadamente 17.000 años con la concha. No cabe duda que estos instrumentos son fácilmente integrados como si fuera parte de nuestros cuerpos. La clave, creo yo, es tener motivos sinceros, basados en un auténtico deseo de comunicar, expresar, compartir, contar, etc.  No sé si relacionar así el tema con la paleontología es un ejemplo de la dicha “sinestesia”. A mí me atrae (y he participado en) la síntesis de la música con otras disciplinas de las Bellas Artes como la danza, el teatro, la poesía, la pintura, el cine, la fotografía; hasta con las artes marciales. Siempre el resultado ha sido uno de “el todo es mayor que la suma de sus partes”. ¿Es lógico combinar la música con las ciencias, la filosofía, etc.? Pues cómo ya está construida a base de complejas fórmulas matemáticas (serie armónica, ritmos de medidas mil, etc.), y puede expresar conceptos abstractos de forma universalmente entendible (o casi), no cabe duda que el arte sonoro puede servir como un hilo común en todo lo que vivimos.

Fotografía cedida por J. G. Entonado. 

John J. Falcone es licenciado en fagot por la Universidad Carnegie-Mellon (PA) y la Juilliard School (NY). Ha tocado con la Ópera de Nueva York, la Orquesta Sinfónica de Nueva Jersey y los musicales de Broadway Cats y The Secret Garden. Desde 1991, ocupa el puesto de fagot coprincipal de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (España). Como compositor, ha publicado una larga lista de obras (Trevco Music, USA; musicforbrass.com, Canadá).