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La editorial Peu de Mosca publica una serie de artículos del compositor Joan Magrané, con su «Antología sentimental de la música catalana» más personal.

La recién nacida editorial Peu de Mosca ha publicado hace pocas semanas Antologia Sentimental de la Música Catalana, una colección de ensayos escritos por el compositor Joan Magrané (Reus, 1988). En las dos primeras partes, el músico tarraconense nos descubre, desde un punto de vista personal –a partir de sus «vivencias y experiencias con las obras de unos compositores»– algunos de los grandes nombres de la música catalana del siglo XX (un par de ellos, con obra en el XIX): Enric Morera (Barcelona, 1865- ibídem 1942), Joaquim Serra (Peralada, 1907-Barcelona, 1957), Manuel Blancafort (La Garriga, 1897-Barcelona, 1987), Juli Garreta i Arboix (Sant Feliu de Guíxols, 1875-ibídem, 1925), Eduard Toldrà (Villanueva y Geltrú, 1895-Barcelona, 1962) y Federico Mompou (Barcelona, 1893-ibídem, 1987), más los presentes en el segundo capítulo, Dos compositors del Camp, con textos sobre Robert Gerhard Ottenwalder (Valls, 1896-Cambridge, 1970) y Joan Guinjoan (Riudoms, 1931-Barcelona, 2019).

A partir del tercer capítulo, Músics de 2018, Magrané analiza la obra de compositores que podríamos calificar bien de inmediatos precursores suyos –Hèctor Parra (Barcelona, 1976), Benet Casablancas (Sabadell, 1956), Josep Maria Guix (Reus, 1967), Ramon Humet (Barcelona, 1968), Albert Guinovart (Barcelona, 1962) y Bernat Vivancos (Barcelona, 1973)– o bien de auténticos contemporáneos, con los que comparte generación, ya en el siglo XXI: Raquel García-Tomás (Barcelona, 1984), Javier Quislant (Bilbao, 1984), Carlos de Castellarnau (Tarragona, 1977), Luis Codera Puzo (Barcelona, 1981), Joel Bardolet (Vic, 1981) o Marco Mezquida (Mahón, 1987).

Muchas de estas breves semblanzas de compositores, sentimentalmente importantes para su formación como oyente de música, han ido apareciendo publicadas entre 2017 y 2018 en La Llança, el suplemento cultural de El Nacional, el diario digital catalán fundado en 2016 por el ex director de La Vanguardia José Antich. Otras, en cambio, pertenecen a conferencias pronunciadas en el Centro de lectura de Reus en diciembre de 2020 y enero de 2021. Magrané afirma, en el epílogo, que «estos escritos no nacen de una voluntad musicológica ni, aún menos, pretenden conseguir una solidez de cariz académico […] Los artículos fueron escritos a mano y con voluntad expresa de no rebuscar ni poco ni mucho por las fuentes rebosantes pero insondables de internet para expresar sobre el papel, así, algo quizá no muy innovador pero sí, en la medida de lo posible, personal y original». En algún caso, los textos han sido revisados, ampliados y, como afirma Magrané «sólo en algún caso contado, casi reescrito». Con ese carácter «personal», el libro, si se quisiera comparar con el sexto tomo de la Historia de la música española, de Tomás Marco, dedicado al siglo XX y publicado por Alianza Música en 1983, no pretende abarcarlo todo, sino abrazar, como dice el doctor en Filología Clásica Raül Garrigasait en el prólogo de Antologia Sentimental de la Música Catalana, «un legado en todos sus extremos, de la expresión solar de Joaquim Serra a la severidad centroeuropea de Benet Casablancas, del romántico Morera a la energía cósmica de Hèctor Parra y las sonoridades zen de Josep Maria Guix i Ramon Humet, pasando por los silencios vibrantes de Mompou y el dodecatonismo de Gerhard». Pero, al mismo tiempo, y dado, precisamente, el poderoso vínculo sentimental de Magrané con estos autores, los textos, pese a la brevedad con que se aborda a cada personaje, nos ofrecen excelentes motivos para adentrarnos en sus respectivas obras con detenimiento, en búsqueda de elementos con los que incorporarlos a nuestra propia memoria sentimental.