Mañana se celebra el octogésimo cumpleaños de Tomás Marco y el martes se celebrará en su homenaje un concierto en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
El compositor Madrileño Tomás Marco cumple mañana lunes, 12 de septiembre, 80 años. Para conmemorar la efeméride, dos de las instituciones y organizaciones vinculadas estrechamente al compositor madrileño –en concreto, la Fundación Sax-Ensemble y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, entidades de las que el compositor es, respectivamente, presidente y director– se han unido para organizar el martes 13 de septiembre, a las 12 del mediodía, un concierto en el que Sax-Ensemble interpretará la integral de sus Paraísos, que Marco compuso entre 1988 y 2018, un arco temporal de más de treinta años que permite apreciar su evolución como compositor.
Como explica el propio autor en la web de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, «a lo largo de mi actividad musical he compuesto diversas obras con saxofones, algunas de las cuales se insertan en el ciclo Paraísos. Así, Paraíso mecánico (1988) para cuatro saxofones, Paraíso dinámico (1993) para cuatro saxofones, piano y percusión o Paraíso danzante (2017) para cuatro saxofones. En 2018 quise despedir la serie con Finales de Paraíso para cuatro saxofones y pianos. Pero ésta no es la única manera en la que la obra se produce, sino que pensé articular una especie de sonata múltiple de modo que se pudiera tocar con los cuatro saxofones y piano o con cualquiera de los cuatro a solo acompañado de piano. Eso obliga a un planteamiento en el que cada voz pueda funcionar con autonomía y, al mismo tiempo, encajar perfectamente con las demás en un todo. Hay que tener en cuenta que desde un punto de vista tímbrico, melódico o rítmico la obra no es igual en versiones de uno o de cuatro, ni tampoco en cualquiera de las cuatro versiones a solo. El resultado es, sin embargo, coherente en todas sus posibilidades y funciona como un continuo vital tan variado como versátil. La versión a cuatro y piano, que está dedicada al Sax-Ensemble, se estrenó el 19 de diciembre de 2019 en el salón de actos de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando con la formación dirigida por Santiago Serrate».
El director musical de Sax-Ensemble, Santiago Serrate, explica, respecto a las obras que se interpretarán en concierto, que «Paraíso mecánico presenta una repetición de notas y de escalas que asemeja a una locomotora, rítmica e inexorable, sin grandes líneas melódicas. Paraíso dinámico, en cambio, arranca con un gran movimiento inicial en el que cada instrumento tiene vida propia dentro de la unidad, y, de repente, entran el piano y la percusión, con los crótalos, semejando a una música muy mística, como la de las esferas platónicas, de manera que se mezclan el dinamismo de la vida terrena con el de la vida celestial. Paraíso danzante es una música absolutamente bailable, casi stravinskiana, de Consagración de la primavera, que invita a la danza. Finales de paraíso, por último, tiene la peculiaridad de ser una multisonata. Es una obra para cuatro saxofones y piano, pero se denomina multisonata porque se puede tocar con los cuatro saxofones y piano, con cualquiera de los saxos a solo acompañado del piano, o con el piano y uno, dos o tres de los saxofones. La obra funciona en todos los casos, aunque obviamente con texturas distintas».
En el homenaje a Tomás Marco, es fundamental la colaboración de la Fundación BBVA, que hará posible la posterior edición de un álbum que supondrá la primera grabación de la integral de los Paraísos del compositor.
«Tomás Marco es el equivalente a un hombre del Renacimiento –afirma Santiago Serrate–. Lo es por su enorme cultura y por sus intereses, que van más allá de la música y se introducen en la pintura y la escultura -está en relación con grandes artistas plásticos, como Fernando Zóbel o Pablo Palazuelo- y en la ciencia, de modo que en su obra hay numerosas incursiones en la física o las matemáticas».
«En la época en la que la península Ibérica estaba más encerrada en sí misma debido a la dictadura –añade Serrate–, son los compositores de la generación del 51 –señaladamente Cristóbal Hallfter, Luis de Pablo y Tomás Marco- quienes importan muchas de las técnicas que en ese momento surgían en Europa, con Pierre Boulez, Olivier Messiaen, Luigi Nono… Tomás Marco fue ayudante y alumno de Karlheinz Stockhausen y tuvo una gran relación de amistad con Luciano Berio».