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Liquen Records publica «Fuego en el aire», dedicado casi íntegramente a la música de cámara de José Miguel Moreno Sabio.

El sello discográfico Liquen Records, especializado en la difusión de músicas improvisadas y experimentales, publicó a finales de 2022 Fuego en el aire, un álbum dedicado casi íntegramente a la música de cámara del compositor granadino José Miguel Moreno Sabio (Motril, 1956), interpretado por el Grupo Cosmos 21. Lo de casi íntegramente quiere decir que de la hora y diecinueve minutos que dura la grabación, sólo hay nueve minutos que no sean obra de Moreno Sabio: Tiento, del compositor francés Mauricio Ohana (Casablanca, 1913-París, 1992) y Drei Tentos, del alemán Hans Werner Henze (Gütersloh, 1926-Dresde, 2012), pero en estas dos piezas breves –la segunda, en tres movimientos– Moreno Sabio interviene como arreglista, y la grabación se realizó en directo el 17 de octubre de 2021 en un concierto celebrado en el Centro Cultural Adolfo Suárez de la localidad madrileña de Tres Cantos.

El resto del disco, el que tiene como protagonista a la música de Moreno Sabio, también se grabó en directo, pero en otro recinto y en otra fecha: el 15 de junio de 2022 en el Auditorio de Cuenca, en un concierto de homenaje al compositor al jubilarse después de treinta y tres años impartiendo clases de Composición, Análisis Musical y Armonía en el Conservatorio Profesional de Música Pedro Aranaz de la capital conquense.

Grupo Cosmos 21 estuvo acompañado en la ocasión por músicos profesionales ex alumnos del conservatorio a los que Moreno Sabio había impartido clases a lo largo de su dilatada trayectoria académica, y el repertorio elegido (el que se puede escuchar en el disco) estaba formado por Comme des brouillards silencieux (con la pianista Inma Calzado como solista), obra compuesta en 2016 por encargo de Grupo Cosmos 21 que el propio compositor define como «un concertino-nocturno para piano y cinco instrumentos», que parte de una cita de Debussy (Brouillars, el primer preludio del segundo libro de Preludios para piano) y es transformado paulatinamente «para conectarlo a mi propio mundo sonoro a partir de elementos comunes»; Momento musical para un cuadro abstracto, compuesto en 2019, y que, según Moreno Sabio «recrea, desde los sonidos, el cuadro Ornitóptero, de Fernando Zóbel», buscando «densificar la textura sonora a partir del empleo de multifónicos y otros recursos tímbricos del instrumento», en este caso, el saxofón, interpretado por Joaquín Franco; Oda a los niños muertos (con Carlos Galán al piano), es, en palabras del autor, «un grito desesperado» contra los conflictos bélicos y sus víctimas «muy en especial cuando se trata de niños». Una canción palestina de cuna vertebra la partitura, compuesta en 2018, pero sin estrenar hasta este momento, tras la contemplación de la imagen del pequeño niño sirio Aylan Kurdi, encontrado muerto en septiembre de 2015 en la orilla una playa turca,  invitándonos, desde su inmensa ternura, «a tomar conciencia de ese drama»; Arieta imaginada (con Valentina Martínez y Marta Aparicio, a la flauta y guitarra, respectivamente), es una sencilla melodía para flauta, compuesta en 2009, que «se asienta sobre un arreglo para guitarra del Preludio de la Suite BWV 1007 de Johann Sebastian Bach; la Sonatina para flauta y piano (con Clara Burgos como flauta solista y los pianistas Jorge Fontela y Juan Martínez) es la pieza más antigua del disco, compuesta en 1987 y revisada en 2015; la Sonata para violín y piano número dos (con Alejandro González como violinista y Marta Leiva como pianista) es también una pieza antigua, compuesta en 1996 y revisada dos años después, de la que Moreno Sabio dice que es «una pieza de gran exigencia técnica para los intérpretes en sus dos movimientos extremos, que enmarcan un hiper-expresivo movimiento central»; Sons do cabloco (nuevamente con Marta Leiva) se compuso en 2018 y se articula «en dos movimientos que se apoyan en música popular brasileña con la finalidad de acercarme a la cultura del autor del encargo», el pianista Alexandre Alcantara. El disco se abre con Fuego en el aire (I y II), primera grabación de dos movimientos de una ópera aún sin concluir. Ambas piezas formarán parte del segundo acto de La Desbandá, la segunda ópera de Moreno Sabio, que abordará uno de los dramáticos momentos de la Guerra Civil española: la masacre de la carretera Málaga-Almería, conocida popularmente como La Desbandada​ (en acento andaluz la desbandá), ocurrida el 8 de febrero de 1937 (y de la que fue testigo su propia madre, entonces una niña de siete años), por la que los aviones franquistas ametrallaron a la gente que huía de Málaga tras la toma de la ciudad por las tropas del general Queipo de Llano.

Según explica el propio compositor, «el primer interludio corresponde al número 14b de la obra e ilustra la lucha a muerte entre dos de los protagonistas (Pedro y Veleño), acontecimiento que se produce ante la mirada atónita de la multitud. Una sirena avisa del ataque inminente de la aviación, hecho que se produce de inmediato quedando la explanada sembrada de cadáveres. El segundo interludio, número 11b de la obra, suena al inicio del acto 2º en el momento en que la muchedumbre es bombardeada desde el mar».

El estilo de Moreno Sabio guarda semejanzas con las de Antón García Abril y Carmelo Bernaola, dos de sus profesores, el primero de Composición, el segundo de Armonía: un lenguaje que no persigue situarse en la vanguardia ni mostrarse complejo para el oyente (de hecho, sus compositores favoritos del siglo XX son Ravel, Debussy y Penderecki), salvo en Momento musical para un cuadro abstracto, la obra de complejidad compositiva más fehaciente de las incluidas en el disco. Las restantes piezas seleccionadas persiguen, por el contrario, acentuar la expresividad musical con momentos que respiran una sobrecogedora emotividad.