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Philip Glass y el escocés Paul Leonard-Morgan componen la banda sonora del documental sobre John le Carré «Volar en círculos».

Esta semana pasada se ha estrenado en Apple TV+ el documental Volar en círculos, basado en la autobiografía del mismo título –publicada por Planeta en 2016– del conocido escritor británico de novelas de espionaje John le Carré. El documental, obra de Errol Morris, contó con la colaboración del propio escritor y exespía, que ofreció cuatro días de entrevistas en 2019 que resultaron ser las últimas de su vida, ya que falleció en diciembre de 2020.

Errol Morris es autor de numerosos documentales para alguno de los cuales ha contado con una banda sonora compuesta por Philip Glass, entre los que destacan The Thin Blue Line, A Brief History of Time o The Fog of War: Eleven Lessons from the Life of Robert S. McNamara, lista de colaboraciones a la que se une ahora Volar en círculos, aunque, en realidad, la partitura también es colaborativa entre Philip Glass y el compositor escocés Paul Leonard-Morgan.

Leonard-Morgan y Glass se conocieron hace cuatro años, cuando el director y productor cinematográfico Mark Romanek solicitó a Glass por primera vez que compusiera la banda sonora de su serie de televisión de ciencia ficción de Amazon Historias del bucle [Tales From the Loop, su título original]. Glass se sintió atraído por el proyecto, pero tenía entre manos otros compromisos y sugirió la posibilidad de buscar un colaborador: ya tenía en mente el nombre de Paul Leonard-Morgan, del que conocía su trabajo, porque había compuesto varias partituras para documentales y series de televisión dirigidas por Errol Morris.

Hasta entonces no se conocían ni habían trabajado juntos (Leonard-Morgan, de hecho, no había colaborado con ningún otro compositor anteriormente), pero el trabajo en equipo resultó muy fácil y fructífero y esa colaboración volvió a repetirse meses después para uno de los episodios de otra serie de televisión, The Green Veil, de Aram Rappaport (estrenada en 2022 en el Festival de Cine de Tribeca) y, finalmente, en Volar en círculos.

Ambos compositores han creado un viaje orquestal en el tiempo, trasladándonos en ocasiones, con su trabajo orquestal sinfónico, a las bandas sonoras de las películas de espionaje de los años sesenta. La simbiosis entre ambos compositores es real: uno le envía al otro ideas y comentarios sobre qué hacer y que probar, y el otro comienza a trabajar sobre los acordes recibidos, añadiendo melodías propias. Por eso, aunque en ocasiones se pueda reconocer el característico estilo circular de Glass la banda sonora ofrece notables diferencias frente al estilo acostumbrado, que sorprenderán al oyente.