El compositor austríaco Georg Friedrich Haas publica su catártica autobiografía, al nacer en el seno de una familia seguidora del nazismo.
El compositor austríaco Georg Friedrich Haas (Graz, 1953) acaba de publicar en la editorial Böhlau Verlag su autobiografía, Durch vergiftete Zeiten: Memoiren eines Nazibuben [A través de tiempos envenenados: Memorias de un niño nazi], en el que describe la compleja historia de su familia austriaca, vinculada al nacionalsocialismo, y, sobre todo, su decidida lucha contra la carga emocional vivida en su familia –en la que bullía una mezcla de inflexibilidad, negación de la realidad, represión e interiorización de un retorcido papel de víctimas– y su absoluta desvinculación de ese pasado.
Haas expone en el libro los sentimientos de culpa y la estricta educación con la que los padres trataron de transmitir su ideología a los hijos y habla de la edición de 1976 del Steirischer Herbst –el famoso festival internacional de arte contemporáneo que se celebra anualmente desde 1968, a comienzos de otoño, en el estado austríaco de Estiria, caracterizado por la interconexión de distintas disciplinas artísticas (teatro, artes visuales, cine, literatura, danza, música, arquitectura, performance, nuevos medios y teoría)–, en el que Haas participaba con una obra propia y ante la que su padre intervino activamente en una iniciativa radical de los estamentos más conservadores de la sociedad de la región que quería abolir el certamen artístico..
«Quiero informar sobre ello. Soy testigo, un testigo de la continuidad del nacionalsocialismo en la vida privada», explica el compositor, que reconoce que hasta 1974 todavía «dudaba de la cifra de seis millones de judíos asesinados, creía que el estallido de la Segunda Guerra Mundial era el resultado de una conspiración agresiva de los aliados contra el régimen nazi, en realidad amante de la paz»..
A su transformación contribuyeron decisivamente, explica, largas conversaciones con un amigo, pero también el encuentro con su maestro, el compositor Iván Erőd –cuya familia fue asesinada por los nazis– y con la música de John Cage.
El libro termina bien: Haas se mudó a Nueva York en 2013, donde se casó con la escritora y activista BDSM afroamericana Mollena Williams-Haas. «He hecho las paces conmigo mismo. El pasado ha quedado atrás». pero reconoce los ecos de un intenso dolor emocional en su música: «Sí, la oscuridad, la tristeza y los abismos de mi música tienen su raíz en el dolor y la vergüenza de lo que hicieron los padres y los abuelos. Y en el dolor y la vergüenza de lo que yo mismo pensaba y decía mientras crecía».