Menú Cerrar

Ólafur Arnalds: «La buena música es buena música, sin importar el género».

El 12 de marzo de 2019 Ólafur Arnalds actuó en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid. Pocos días antes del concierto se publicó en Metrópoli, el suplemento de los viernes del periódico El Mundo, esta breve entrevista realizada por teléfono. Algo menos de tres años después, aquí se puede leer el texto tal y como se mandó a la redacción en su día. Téngase siempre en cuenta el momento de realización de la entrevista.

Pocos meses después del concierto que ofreció en el Parque Lineal del Manzanares, en los Veranos de la Villa, en el que el compositor y multiinstrumentista islandés Ólafur Arnalds (Mosfellsbaer, 1986) presentaba re:member, su cuarto álbum, que aparecería en el mercado a los pocos días, el músico regresa a Madrid gracias al revuelo mediático logrado con dicha grabación.

Parte del alboroto ha sido causado por la forma en que se ha elaborado el disco, en cuya realización ha intervenido un programa informático –Stratus– desarrollado por Arnalds en colaboración con su amigo, el programador Halldór Eldjárn.

¿Qué es el programa Stratus? ¿Y por qué lo ha desarrollado?

Stratus es un software que diseñé con mi amigo y programador Halldór Eldjárn. Esencialmente es un controlador para dos pianos reproductores que se controlan con lo que yo toco en un tercer piano. Toco algo y ellos responden. Lo más emocionante es que hay un elemento de aleatoriedad en el programa, por lo que no sé al 100% lo que van a tocar los pianos cada noche. Hacerlo fue una forma de redescubrir el piano, algo tan familiar para mí, y obtener una nueva perspectiva para escribir música.

¿Cómo van a ser esos conciertos? Quiero decir: ¿qué tipo de instrumentos y qué repertorio? ¿Y cuáles son las razones por las que eliges esas piezas de tu repertorio en particular?

Esta es mi mayor producción hasta la fecha. Hay seis personas en el escenario: yo, un cuarteto de cuerda y un batería. Estoy tocando mucho material nuevo con material más antiguo salpicado. Hay algo de casi todos mis discos y algunos que nunca se han publicado.

Supongo que tus conciertos en Madrid y Barcelona estarán centrados en Re:member. ¿Cómo definirías ese disco y qué crees que lo hace diferente a tus anteriores lanzamientos? En otras palabras: ¿qué querías conseguir grabando ese disco?

He llamado a re:member mi «álbum de ruptura». Es como si tomara todas mis influencias en bruto y no las filtrara. No intento encajar en una caja. Quería que el álbum sonara como el proceso, lleno de la emoción de algo nuevo. Me había prometido a mí mismo que no haría otro disco hasta que tuviera algo nuevo que mostrar a la gente y creo que este álbum lo representa.

¿Está de acuerdo con los que te incluyen en una lista de músicos neoclásicos, junto a Nico Muhly, Nils Frahm, Hauschka, Peter Broderick, Max Richter, etcétera?

No me gusta la idea de los géneros. La buena música es buena música sin importar el género. Cuando empecé a hacer música con mi propio nombre, hubo otros artistas que hacían cosas similares y se convirtió en una especie de escena. Ahora se está convirtiendo en un movimiento global y eso me parece inspirador y alentador.

¿Cree que la brecha entre la música clásica «seria» y la «popular» ha terminado? Es decir: Pierre Boulez, Karlheinz Stockhausen y otros solían despreciar, por ejemplo, a compositores minimalistas como Philip Glass o Steve Reich.

Algunas personas siempre despreciarán a otras. Y probablemente siempre habrá un poco de elitismo con la música «seria». Pero también hay elitismo con la música «indie». Y eso está bien. Se trata de la identidad y el ego de la gente. Es normal. Pero eso es también lo que hace más divertido el hecho de atacar esos egos.