Trost Records publica póstumamente la «Sinfonía Weinviertel» de Hermann Nitsch.
Hace casi un año, el 28 de agosto de 2021, la Orquesta Sinfónica de la Radio de Viena, dirigida por Michael Mautner, estrenó en el Museo Nitsch de la localidad austríaca de Mistelbach la Sinfonía Weinviertel de Hermann Nitsch. La obra, de ochenta minutos de duración en seis movimientos –su segunda sinfonía para orquesta de cuerda–, es un homenaje al Weinviertel («cuadrante vinícola», en alemán), el cuadrante nororiental del estado de Baja Austria, la principal región vitivinícola de Austria. El propio Nitsch, que seguía atentamente el estreno de la obra, disfrutando de una copa de su Nitsch-Doppler, el vino blanco que produce en los viñedos de su castillo de Prinzendorf, relevaba en determinados momentos a Mautner en la dirección de la orquesta.
Aquel concierto fue grabado en directo y ha sido publicado recientemente por el sello discográfico Trost Records, apenas un mes después de la muerte de Nitsch, producida el pasado 18 de abril. Siendo para Nitsch la música una parte esencial de toda su obra artística, este homenaje sonoro a la tierra en la que decidió asentarse muestra todas las coincidencias entre este territorio y su música: a veces áspera, a veces delicada, a veces calmada, a veces efervescente, crescendo y decrescendo, armonías y desarmonías.
La Sinfonía Weinviertel era originalmente un cuarteto de cuerda –Albertina Quartett– que el compositor amplió a una sinfonía –«Schönberg también amplió su sexteto de cuerda Noche transfigurada para orquesta de cuerda», explicó en su momento Nitsch–, convertido ahora en una obra para veintisiete instrumentos de cuerda, convertidos en ocasiones en un auténtico muro de sonido. Aunque el característico drone de Nitsch está presente en distintos momentos de la sinfonía, en términos generales esta es, posiblemente, una de sus obras más musicalmente «accesibles» y fáciles de escuchar; las distintas sonoridades ayudan a crear imágenes amables en la mente: el posible concierto que ofrecen los pájaros en los árboles, el rumor del viento sobre los árboles de la región o, incluso, la belleza de los valses vieneses (que muestra en fragmentos repetitivos). El final no podía ser más suave y conciliador, como las colinas del Weinviertel, con una última nota del primer violín desvaneciéndose suavemente.
© La portada del disco corresponde a un fragmento del cuadro de Hermann Nitsch Frühlingssinfonie (1958/59).