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La joven pianista estonia Tähe-Lee Liiv publica «Diagrams», con toda la obra para piano de su compatriota Arvo Pärt.

La producción compositiva de Arvo Pärt para piano es relativamente escueta, pero, como instrumento principal, el piano ha desempeñado un papel importante en el desarrollo de su mundo sonor –desde el momento en que, de niño, comenzó a aprender a tocar el instrumento con un piano destartalado que habían dejado en la casa que había alquilado su familia, y en el que sólo sonaban las teclas situadas a la izquierda y a la derecha y ninguna de las del centro–. Si echamos un vistazo a la lista de obras que aparece en la web del Arvo Pärt Centre de la pequeña población de Laulasmaa, a unos cuarenta kilómetros al oeste de Tallin, la capital de Estonia, vemos que solo figuran diez obras detalladas expresamente para piano solo y una más, Hymn to a Great City, para dos pianos. Es con esta específica lista de obras con la que ha querido Tähe-Lee Liiv, una de las jóvenes y más deslumbrantes figuras estonias del piano, debutar discográficamente el pasado 11 de noviembre –el día en el que cumplía veinte años– con el lanzamiento de un álbum titulado Diagrams, publicado por el sello Estonian Record Productions, que presentó en directo ese mismo día en el Arvo Pärt Centre.

La joven pianista ha recibido, entre sus numerosos premios en concursos nacionales e internacionales, el diploma de finalista y dos premios especiales en el IV Concurso Internacional de Piano de Tallin (2021), el primer premio y dos premios especiales en el IX Concurso de Pianistas de Estonia (2019), el segundo premio en el Concurso Internacional de Música Gershwin de Nueva York (2019), el primer premio en el Concurso de Conciertos Theodor Leschetitzky para Jóvenes Pianistas Superdotados de Nueva York (2019), el premio Guido Alberto Fano en el festival de música Venice Music Masters (2019) o el primer premio en el Concurso Internacional de Piano Città di San Donà di Piave (2018).

El disco sigue estrictamente el orden cronológico de composición de las piezas. Arvo Pärt aún era aún estudiante cuando compuso las cuatro primeras composiciones del disco: la Partita, las Sonatinas nº 1 y nº 2 y Four Easy Dances, escritas entre 1958 y 1959. Es poco probable que alguien que sólo conozca al Pärt modernista de los años sesenta o al compositor minimalista, tonal-místico, de los ochenta en adelante pudiera identificar esas obras como suyas –con su estética neoclásica-impresionista, a medio camino entre Shostakóvich y Prokófiev y Ravel– pero en ellas se puede detectar, no obstante, cómo se perciben elementos aislados de la música renacentista o una cierta predilección por el ostinato, además de una economía general de materiales. Es más, al escuchar la atonalidad marcial de gran parte de la Partita, nadie que no sea experto en su música se atrevería a afirmar con rotundidad que sea obra del mismo autor que compuso el famosísimo Spiegel im Spiegel (tan famoso que ha llegado a aparecer en un capítulo de Los Simpson). De hecho, estas obras iniciales fueron repudiadas por el propio compositor una vez que encontró la voz que había estado buscando, ese estilo que él bautizó como tintinnabuli.

Tampoco tiene su «voz» Diagramme, la pieza de 1964, en estonio, que da título al disco, pero que permite a quien la intérprete jugar con su propia creatividad, ya que forma parte de la época serialista de Pärt, y es también su primera pieza aleatoria: el elemento aleatorio, o azar controlado, aparece aquí en el ritmo y la dinámica, que son decididos por el intérprete casi a lo largo de toda la pieza. La partitura original de Diagramme contiene llamativos círculos de colores azul, verde, amarillo y rosa, que conectan las notas de la fila en motivos y frases (y que han sido tomados como referencia para el diseño de la portada del disco de Liiv).

En cuanto a Mommy’s Kiss (de 1968, y dedicada a su madre), forma parte, junto a las Four Easy Dances, de las piezas que Pärt componía para espectáculos teatrales infantiles cuando trabajaba como músico para el Teatro Estatal Estonio de Marionetas. Ukuaru Waltz es una pieza compuesta originalmente en 1973 para acordeón y formaba parte de la banda sonora original de la película Ukuaru, de Leida Laius. La melodía de este breve vals se convirtió en una pieza muy popular en Estonia y Pärt decidió en 2010 arreglarla para piano, añadiéndole una coda. Sin embargo, cuando podemos realmente hablar de música de Pärt, al menos como la entendemos en la actualidad, es a partir de Für Alina, compuesta en 1976. Se trata de una de las obras más breves y, sin embargo, más significativas de toda la obra de Pärt: una composición de tonos muy espaciados e intervalos abiertos, con la característica serie de tríadas que se convirtió en sencilla regla de guía de composición del músico estonio. Tratándose de una pieza tan famosa (y de simplicidad engañosa), es posible comparar la versión de Liiv con las otras múltiples versiones ya conocidas de la obra, incluidas las largas interpretaciones de Alexander Malter o la del pianista neerlandés especialista en minimalismo Jeroen van Veen. Y Liiv resuelve el reto con el virtuosismo que requiere esta bellísima composición para conseguir la pureza de sonido, el equilibrio armónico y la simetría que se esconde en su partitura.

Escrita pocos meses después, Variations for the Healing of Arinushka, fue compuesta en 1977 para la hija del compositor, Ariina, que se recuperaba de una operación de apendicitis y es otra de las hermosísimas composiciones que Pärt ha compuesto en los últimos cincuenta años. Y también es una pieza que se puede comparar… nuevamente a favor de Liiv, que resuelve con delicadeza extrema una partitura en la que resulta innecesaria la lentitud con que lo interpreta Michael Van Krücker o falta de sensibilidad la versión de Marcel Worms.

El disco concluye con Für Anna Maria, una minuciosa miniatura –pocos segundos más del minuto– que Pärt compuso en 2006 por encargo de unos amigos para el décimos cumpleaños de su hija. Pärt ofrece dos posibilidades de interpretación: alegre (fröhlich) o contemplativa (nachdenklich) y Liiv ha logrado situarse a medio camino de los dos modos. Hay que destacar, además, la interpretación de Pari intervallo, obra de 1976, de la que Pärt no anotó el instrumento(s) en el que había pensado para interpretarlo, y del que antes que para piano resolvió partituras para órgano o pequeño conjunto de cámara (cuarteto de saxofones o clarinete, trombón y orquesta de cuerdas) antes de escribir en 2008 su arreglo para piano a cuatro manos o dos pianos, que es como figura en este disco, en el que Liiv se ve acompañada por la pianista, también estonia, Marrit Gerretz-Traksmann, que es también la acompañante de Liiv en Hymn to a Great City (1984).